Cerrar una empresa sin actividad es, en la mayoría de los casos, un proceso capaz de afectar a toda la red de socios dentro de ella. Y es que dar por terminada de una sociedad nunca es tarea fácil, incluso cuando ha estado inactiva durante un periodo de tiempo.
Aun así, mantener en este estado a una empresa suele acarrear una larga lista de obligaciones tanto administrativas como fiscales que, de no ser cumplidas, pueden terminar en sanciones. Por tal motivo, en este apartado encontrarás una guía completa sobre cómo cerrar tu sociedad inactiva, explicada paso a paso y las obligaciones de una sociedad sin actividad.
¿Cuándo es recomendable cerrar una empresa sin actividad?
Declarar en periodo de inactividad a una sociedad supone la paralización de los procesos convencionales llevados a cabo dentro de la empresa. En este periodo de tiempo, cualquier movimiento o ingreso está suspendido, por lo que el aumento de capital es nulo.
Si bien, dicha inactividad funciona como una buena opción frente a los gastos generados por la disolución de una empresa, a largo plazo puede convertirse en una elección poco adecuada.
Resulta importante recalcar que, además, según el Real Decreto Legislativo 1/2010, estas empresas inactivas sólo poseen alrededor de un año para mantenerse en ese estado. Esto quiere decir que pasado ese tiempo, cerrar una empresa sin actividad se convierte en una necesidad, si no se desea incurrir en causas de disolución.
Las sociedades sin actividad se ven obligadas a cumplir con responsabilidades propias de una empresa que mantiene sus movimientos activos. Esta deberá realizar la formulación y depósito de las cuentas anuales, mantener una administración, cancelar impuestos, etc.
Como es de esperarse, el incumplimiento de dichas obligaciones podría generar sanciones con multas capaces de ascender hasta los 60.000 euros en casos graves.
Así, se tiene una empresa responsable de realizar múltiples trámites rutinarios o especiales para sociedades inactivas, pero incapaz de generar ingresos de algún tipo.
Paso a paso para cerrar una empresa sin actividad
Disolver una sociedad inactiva conlleva a un proceso capaz de extenderse por un par de meses, prolongando la espera según las condiciones fiscales en las que se encuentre la empresa.
Generalmente, aquellas organizaciones cuyas obligaciones han sido cumplidas dentro del año de inactividad logran finalizar el proceso en periodos de tiempo menores a aquellas que poseen atrasos. Así, los pasos generales a seguir son:
1. Realización de la Junta General
Cuando una empresa es declarada como inactiva, los principales responsables de esta se convierten en el o los administradores a cargo. Por lo tanto, cuando la disolución de la misma es inminente, estos serán los encargados de convocar a una junta general.
En ella, tanto los socios presentes como los administradores deberán llegar a un acuerdo, para así dar paso a la redacción de un acta de disolución, liquidación y cancelación.
Una vez redactada el acta, los administradores son reemplazados por un liquidador, quien se encargará de llevar a cabo un balance de cuentas y presentarlo ante el Registro Mercantil.
2. Disolución de la empresa
Para cerrar una empresa sin actividad será necesaria la disolución de la misma ante el Registro Mercantil. En este momento, el liquidador se encarga de elaborar o actualizar el estado de cuentas de la empresa.
Por su parte, un notario deberá redactar la escritura de disolución de la sociedad, para luego inscribirla en el Registro Mercantil. Dentro de la escritura, además, deberá encontrarse la razón social de disolución, adjuntando la opción de “liquidación”.
3. Liquidación de deudas pendientes
Una sociedad sin actividad sigue siendo responsable de las cuentas por pagar a terceros que esta haya obtenido anteriormente. Por tal motivo, en esta etapa se dará paso a la liquidación de los activos presentes en ella, con la intención de saldar dichas deudas.
Una vez pagadas las deudas, los liquidadores deberán realizar un balance de liquidación final dónde se establecerá las cuotas correspondientes a cada socio.
4. Extinción de la personalidad jurídica
Antes de cerrar una empresa sin actividad, esta deberá entrar en la etapa de extinción. Es aquí donde se constatará en la escritura pública que la liquidación ha sido finalizada, exponiendo además el balance de liquidación y las cuotas pertenecientes a cada socio.
Del mismo modo, la empresa deberá abonar el 1% de la liquidación a Hacienda, y reflejarlo en el balance de liquidación final antes de ingresarlo en la Agencia Tributaria.
Una vez presentado ante el Registro Mercantil, la sociedad perderá su personalidad jurídica y con ello, se dará paso a su extinción. Al finalizar este proceso cualquier movimiento quedará suspendido de manera permanente, por lo que la empresa no podrá dar vuelta atrás.
5. Darse de baja
Una vez completado el proceso de extinción, se da paso a la última etapa para cerrar una empresa sin actividad. En ella, se deberá cumplimentar el modelo 036 o 037 del Censo de Empresarios.
Los liquidadores poseerán un lapso máximo de 30 días para dirigirse a Agencia Tributaria, con el fin de actualizar la información censal encontrada dentro de Hacienda.
Por último, se actualizan los datos en la escritura de disolución previamente redactada y se dan de baja a los trabajadores anteriormente contratados por la empresa. Así, se da paso a la extinción definitiva de la sociedad y por lo tanto, el cierre total de la empresa.
Te recomendamos la lectura del siguiente artículo: liquidar una sociedad o dejarla morir, ¿Qué hacer?
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