España es uno de los países con mayor cantidad de empresas inactivas dentro de su territorio. En él, muchos propietarios encuentran la encrucijada de liquidar una sociedad o dejarla morir a fin de decidir qué opción resultaría más acertada en un futuro.
Aun así, asumir cualquiera de las dos etapas significa adentrarse en una buena serie de trámites cuya realización es obligatoria.
Por tal motivo, si posees una empresa en mal estado y estás decidiendo qué hacer con ella, aquí podrás informarte al respecto. Conoce los pros y contras que cada uno de estos procesos pueden ofrecerte en el camino.
¿Qué diferencias hay entre liquidar una sociedad y dejarla morir?
Cuando una empresa se encuentra atravesando problemas de rentabilidad y su caída es inminente, surgen dos opciones particulares a las cuales un administrador puede recurrir. La primera, es declarar una etapa de liquidación con el fin de saldar cuentas, y la segunda, es «dejarla morir».
En la mayoría de los casos, los empresarios frente a estas sociedades deciden paralizar sus procesos, esperando ahorrarse una buena parte de trámites legales. Así, ambos términos pueden diferenciarse de las siguientes maneras:
Liquidación
La etapa de liquidación se trata de, como su nombre lo indica, el proceso de liquidar los activos retenidos dentro de una empresa con el fin de saldar deudas.
Esta suele llevarse a cabo después de la realización de una junta general, donde tanto los administradores como los socios aprueban el inicio de la etapa. Del mismo modo, la liquidación requerirá de la presencia de liquidadores, quienes suelen suplantar a los administradores, notarios y abogados.
En la mayoría de los casos, ante la opción de liquidar una sociedad o dejarla morir, muchos administradores suelen decantarse por la última alternativa, debido a que una liquidación siempre significa el inicio del cierre definitivo de una empresa.
Dejar morir a una empresa
Cuando se habla de «dejar morir una sociedad» se hace alusión a la paralización de sus labores convencionales, es decir, cerrar una empresa sin actividad, dónde es suspendido toda clase de ingreso en la empresa.
Este periodo tiene un límite máximo de 1 año, donde los administradores pasan a ser los totales responsables de los movimientos realizados en la empresa.
Como es de esperarse, son muchas las organizaciones que, una vez dejan de ser rentables detienen sus actividades. Aun así, llevar esta acción a cabo también implica trámites legales totalmente obligatorios, que suelen ser dejados de lado.
Este último factor no sólo logra dar paso a multas, sino también al cierre definitivo de la empresa como medio de sanción.
¿Qué obligaciones tiene dejar morir una sociedad?
Los procesos de liquidar una sociedad o dejarla morir conllevan, de igual manera, obligaciones de una sociedad sin actividad. Aun así, poseer una empresa inactiva suele suponer una responsabilidad mucho más grande de la que se piensa.
Las sociedades sin actividad están sujetas a obligaciones tanto jurídicas como mercantiles, encontrando entre ellas las siguientes:
1. Darse de baja
Para que una sociedad pueda permanecer inactiva, es obligatorio que esta presente la baja ante la Agencia Tributaria correspondiente. Para llevarla a cabo, deberá completar el modelo 036 ubicado en la declaración censal, específicamente en las casillas 140 y 141.
Del mismo modo, el administrador poseerá un lapso de 30 días a partir del cese definitivo de las actividades para presentarse ante Hacienda y realizar la actualización de los datos.
2. El impuesto sobre sociedades
Uno de los factores tomados en cuenta al momento de decidir entre liquidar una sociedad o dejarla morir es, la posibilidad de evadir impuestos.
Por ello, es importante recalcar que, aunque la empresa no posea actividad alguna, no será eximida de las obligaciones ante el impuesto sobre sociedades. Esto quiere decir qué, cada año, la persona jurídica deberá consignar el modelo 200 y marcar la casilla 026 para luego ser ingresada en Agencia Tributaria.
3. Baja de los administradores
Una sociedad inactiva será responsable de declarar la baja de sus administradores frente a la seguridad social si estos no realizan otra actividad.
En este punto resulta fundamental recalcar que las empresas sin actividad se verán obligadas a responder por sus deudas a terceros. En caso de poseer cuentas por saldar, los administradores serán los principales responsables, por lo que este punto quedaría anulado.
4. Cuentas anuales y administración
Pese a lo que se cree, la tarea de liquidar una sociedad o dejarla morir no exime a estas empresas de llevar a cabo sus procesos administrativos convencionales. De hecho, las sociedades sin actividad se ven obligadas a formular y depositar cuentas anuales ante el registro mercantil, así como también de mantener una contabilidad activa.
¿Cómo liquidar una sociedad inactiva?
Permitir el abandono de una sociedad puede dar paso a grandes problemas judiciales dónde los administradores serán los principales responsables. Por ello, ante la posibilidad de liquidar una sociedad o dejarla morir, dar paso a la finalización formal de la empresa es la opción más viable.
La liquidación de una empresa sin actividad es llevada a cabo por parte de un liquidador, quien será el encargado de velar por el patrimonio de la empresa. Durante este periodo, se saldarán las cuentas según orden de importancia, utilizando los activos de la sociedad.
Del mismo modo, los liquidadores deberán realizar un balance de liquidación final, donde se establecerán los porcentajes correspondientes a cada socio. Además, deberá abonarse el 1% de dicha liquidación a Hacienda.
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Liquidar una sociedad o dejarla morir nunca es una opción fácil. Ambos procesos pueden perjudicar tanto al administrador como a los trabajadores si no son realizados de manera correcta.
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